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Apenas bajamos del bus pudimos sentir ese aire a juventud hippie que tanto nos llamó la atención en este pequeño pueblo ubicado 130 kilómetros al sur de Bariloche, junto a nosotros una manada de veinteañeros esperaban para recuperar sus bolsos mientras la gente del sector nos repartía volantes de hostales y campings, los precios eran bien accesibles y la mayoría ofrecían hasta el traslado.


Lamentablemente en El Bolsón no nos resultó, el río que bordeaba el pueblo estaba lleno de pequeños basurales y además el sector se veía un poco inseguro y peligroso. Sin echarnos a morir fuimos a la Policía Federal a preguntar si tenían un patio que nos pudiesen convidar, luego al hospital y luego a la iglesia, pero no pudieron ayudarnos.
Asociación de Bomberos Voluntarios de El Bolsón
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Los muchachos volviendo de una emergencia |
Llegamos entonces al cuartel de los Bomberos Voluntarios de El Bolsón, les contamos sobre nuestra situación, el error en el cambio y que pretendíamos llegar hasta Tierra del Fuego y que andábamos buscando un patio para salir del apuro y pasar la noche. Lo que hicieron estos muchachos fue un gesto de una nobleza enorme, nos invitaron a pasar y nos acomodaron en una habitación con camarotes, nos prestaron ducha con agua caliente, cocina y nos invitaron a pasar al comedor en donde compartimos con los bomberos que estaban de turno. Yo provengo de una familia de bomberos y sirvo como voluntario en mi ciudad, por lo tanto fue una experiencia única poder conocer una realidad totalmente diferente, otros sistemas de trabajo y terminar coincidiendo que el espíritu que nos mueve a realizar lo que hacemos conserva la misma mística a ambos lados de la cordillera.
A la mañana siguiente nos despertamos sintiéndonos afortunados al haber pasado bajo techo una noche de lluvia, de esa manera con las pilas recargadas nos despedimos y seguimos nuestro camino al sur, había que hacer todo lo posible por avanzar los siguientes 240 kilómetros, pasando por Esquel y Trevelin, cruzar la frontera y llegar a Futaleufú antes de que anocheciera.
Aprovechamos esta ocasión para agradecer públicamente a los Bomberos Voluntarios de El Bolsón, entre tantos viajeros es probable que a estas alturas ni siquiera se acuerden de nosotros, pero algún día andaremos por esos lados nuevamente y devolveremos el gesto con un asado para la guardia.
Febrero, 2014.
A la mañana siguiente nos despertamos sintiéndonos afortunados al haber pasado bajo techo una noche de lluvia, de esa manera con las pilas recargadas nos despedimos y seguimos nuestro camino al sur, había que hacer todo lo posible por avanzar los siguientes 240 kilómetros, pasando por Esquel y Trevelin, cruzar la frontera y llegar a Futaleufú antes de que anocheciera.
Aprovechamos esta ocasión para agradecer públicamente a los Bomberos Voluntarios de El Bolsón, entre tantos viajeros es probable que a estas alturas ni siquiera se acuerden de nosotros, pero algún día andaremos por esos lados nuevamente y devolveremos el gesto con un asado para la guardia.
Febrero, 2014.
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